miércoles, 24 de diciembre de 2008

En estos días tan...tan...tan...




¡Lástima que se deba mirar y no se pueda tocar...ainsss...!

martes, 2 de diciembre de 2008

Reviviendo preciosos momentos.





- ¡Adios...hasta luego...!
Dos castos besos en las mejillas y nos alejamos en direcciones contrarias, tu, supongo, pensando en las tareas que aún te quedan por hacer, yo...yo deseando llegar a la parada del bus, poder sentarme para cerrar los ojos y...saborear ese ratito tan importante para mi.

Acomodada en el asiento, con el sol dandome de cara...repaso este, nuestro último encuentro.
Con nuestras manos entrelazadas, imprescindible contacto..., escucho embobada tus confidencias, tus recuerdos, atenta al menor de tus gestos...emocionandome cuando te emocionas, acompañandote en tus risas... El sonido de tu voz ejerce en mi el mismo efecto que el movimiento de la flauta en la serpiente hipnotizada...

Revivo nuestras caricias...tan alejadas ya de aquellas otras, las primeras...timidas, titubeantes...; siento un cosquilleo en mi vientre que sube por todo mi cuerpo, dando calor a cada poro de mi piel...abro los ojos con miedo a haber exhalado un suspiro extasiado que delate al resto de los viajeros mis pensamientos...no me veo pero siento que un caluroso rubor me cubre toda...hummm...¿un orgasmo "póstumo"?

Me sonrio...



lunes, 10 de noviembre de 2008

Desgaste...




No sé si sabeis que trabajo en un hospital...no, no...no soy enfermera ni doctora ni nada parecido. Soy "la señora de la limpieza(tecnico en higiene y recogida de residuos biologicos, para los pijos, snobs y demás bichos raros)", aunque frecuentemente ejerzo de "escuchadora o escuchatriz profesional".
Bueno...a veces, más que un hospital, parece un aparcamiento para mayores.

Después de pasar tres meses en el area de enfermos en cuidados paliativos, terminales y/o comatosos, me han trasladado a la zona de medicina interna y geriatría. O lo que es lo mismo...tras tres meses de silencio, he pasado a estar cinco horas seguidas dandole a la sin hueso...

¡A lo que iba...que me pierdo...!

Mientras que realizo mi tarea, trato de animar tanto a pacientes como acompañantes...¡se hace eterno el tiempo en un hospital!
Pshhhsss...pshhhsss..., hace el dispensador de multiuso.
- Ayyy...¡que me moja!
-¡Uy...!¿No me dijo ayer que se moría?¡Iba a sacarle brillo en los pies!
-¡Mirala...que ganas de cachondeo tiene tan temprano!
- jajajaja
- Ayyy...¡que malito estoy y que poco me quejo...!

- Eyyy, eyyy...¿y esas lágrimas, señ'Antonia?
- Que vols que fagi? El metge no m'en dona cap esperança!
-¿Y?¿Quiere verle usted mucho tiempo en este estado?¿No sería mejor que descansara ya y dejara de sufrir?
- Ja ho se, ja ho se, filleta meva...però...
-¡Venga...un abrazo y que sea lo que Dios quiera!

-¿Como está hoy la abuela más guapa de todo el hospital?
-¡Jodia...!
-¡Que lengua tienes, Maximiliana...!
-¿Tu crees que hay derecho a estar así después de criar sola a ocho hijos?
-¡Anda, anda, pillina...que bien te lo pasabas sin televisión!¿Eh?
- ¡Gamberra, llama al camillero pa que me levante ya...!
-¡Jolin Maxi, que mandona eres...cuando seas mayor(tiene 83 años) serás un chinche!

-¡Hola Juan!¿Como tienes el azucar hoy? ¡Anda...si tenemos chico nuevo en la oficina!-dirigiendome al nuevo paciente- ¿No te llamaras Faralo, no?
-¿Cuantas veces hemos comido en la misma mesa para que me trate usted con esa confianza?¡¡¡Ayudeme a levantarme y haga mi cama!!!
-¡Lo siento señor,no me esta permitido moverle y el cambiarle la cama, no es de mi competencia, es cosa de las auxiliares!
-¿Pues para que está usted aquí?¿Para faltarle al respeto a los enfermos?
Mueca de desagrado de Juan...
- Señor...no estoy capacitada pra ocuparme de un enfermo...al moverle, le podría hacer daño...ahora mismo voy a buscar al celador.
-¡Vete a la mierda!

¿Como?¿Qué?¿Que me vaya a la mierda? - suelto la bayeta furiosamente, me acerco al timbre para llamar a alguien...todo esto, refunfuñando entre dientes y contando 77 veces 77, mordiendome la lengua, al mismo tiempo que noto un sofocante calor en la cara - Se pasa una la mañana quitando mierda...sonriendo sin ganas, mientras que piensa en la letra de la hipoteca que va a llegar y para la cual no tiene dinero y..¡¡¡.la mandan a la mierda...grrr...!!!


No penseis que me he vuelto loca de remate, todo esto es para dar a entender que, al igual que en la vida...tanto en un hospital, en una familia o en un foro...todos somos diferentes y cada uno nos tomamos las cosas de una manera distinta.
A veces, le damos demasiada importancia a palabras o hechos que, pensando y hablandolo serenamente, dejaria todo en aguas de borrajas pero lo que es cierto, es que tod@s, tod@s, hasta el último mono, merece respeto.

¿Que sería el hospital sin los enfermos, médicos, enfermeras y señoras de la limpieza(irrespetuosas ;-P )? ¡Nada!

PD: A veces, cuando no estan los familiares ni acompañantes, quién da un beso, peina o acaricia a un enfermo, es precisamente esa persona a la que todos miran por encima del hombro. La próxima vez que visiten a un enfermo en un hospital o geriatrico...¡fijensen...algún día pudiera ser tu...usted!

domingo, 9 de noviembre de 2008

Ilusiones rotas.






¿Sabes? Como el mañana nunca llegará, he decidido vivir el día a día.

Ilusiones si, sueños, también, pero con los pies bien puestos en tierra.

Mis ilusiones tienen cuatro fases, igual que la luna. Por cierto...¿sabías que la luna también sueña?

Como ella, mis ilusiones tienen una fase creciente.
Estoy convencida de que Selene se crece con el murmullo del mar, con los requiebros en forma de olas que este le lanza, al igual que mis ilusiones se crecen con una palabra bonita(aunque a veces se las lleve el viento), con un gesto cariñoso, con una mirada...

Sintiendose única para él, la luna se llena, segura de sí misma, presumida y feliz, se mira en las pupilas de su mar, acariciandole radiante en noches claras de enamorados, convencida de ser especial a influir en sus mareas. Mis ilusiones...

Entonces es cuando aparece la cruda realidad, no es única, ese mar mujeriego él,también se deja acariciar por las estrellas, incluso...algunas fugaces, dejandole bien claro que no está sola en el firmamento. Cuando constata que todo era un espejismo, la luna se mengua queriendose esconder, triste y abatida, como mis ilusiones...

Deja pasar unos días, recomponiendo los trocitos de su ya dañado corazón lunar y reaparece como nueva, tras una mascara de fortaleza...como mis ilusiones.


He llegado a la conclusión de que nacemos con nuestro destino ya escrito, cada uno tenemos un papel que interpretar en esta rueda que es la vida.
Espero ser más afortunada en otra futura. Fijate me dijeron que en una vida anterior fuí militar y morí en combate...si eso es cierto...¡ya pronto me tocará vencer!¿No? La lucha cansa...

Recuerdo uno de tus "postres", el que habla del árbusto y de la hermosa flor. Hoy los releí todos y...me quedo con ese, no es el más bello ni el más romántico pero tiene una muy buena moraleja y en su momento me "tocó".

Hay que seguir escribiendo, ¡que nunca nos falten las musas!


J.M.F

Enero 2005



miércoles, 29 de octubre de 2008

Todo pasará...




Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:
- Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total...

Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.

El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre.
La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia.
El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:
-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje –el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas –le dijo- mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación.


Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...
De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía “ESTO TAMBIÉN PASARA”.
Mientras leía “esto también pasará” sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.

El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas.
Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino.
Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes...y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:
-Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
-¿Qué quieres decir? –preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.
-Escucha –dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido.
El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado. Entonces el anciano le dijo:
-Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.


De la Red...


martes, 28 de octubre de 2008

Carta de amor.






-¡Venga niña, un empujóncito más que ya casi está...empuja...empuja...que ya se le ve la cabeza...así, así...muy bien...va muy bien, descansa, respira y cuando tengas ganas de apretar otra vez...hazlo, no te aguantes que ya casi está la cabecita fuera...!

Ocho meses antes.

-¡Que sí Justo, que es muy raro, que soy como un reloj y ya llevo más de 15 días de retraso...!
-¡Anda ya, te habrás equivocado en la cuenta...hazte la prueba ú...!

¡Sí, sí, inútilmente...ja...!¿Y ahora qué?¿Como se lo digo a mi padre?¡Ay Dios...esto no me puede pasar a mí!

¡Pues si hija, nos pasó a nosotros, ya estaba embarazada de cuatro semanas!
Pasamos dos meses que...¡amosss...no se los deseo a nadie!
No podíamos decir nada hasta que no llegara tu abuelo Fernando de vacaciones. Hasta entonces, teníamos que disimular y lo que es peor...esconder los primeros síntomas del embarazo sin decir nada, a nadie, para que no se corriera la voz antes de que lo dijeramos en casa...¡ya sabes como es el pueblo...!
¡Que dos meses más largos...si tu abuelo llega a retrasar el viaje...no nos hubiese encontrado de tanto como adelgazamos...los nervios!

Para más inri, empezaron a salir más embarazadas...
- Juani...¿te has enterado?- me dijo una tarde mi padre.
-¿De qué?
- ¡Dicen que la Jaci está preñada y la hija de fulanito también...jajajaja...se ve que este año la romería de Perales ha dejado muchos frutos!¡Amosss...si tu me vienes con una barriga...te mato!

Ainsss...¡ya me veía muertita en plena adolescencia(entre nosotras...tu no eres fruto de la romería, si no de la feria de mayo)!

Por las noches, tu padre y yo, ideábamos la mejor manera de decirlo, ya faltaba poco...¡no sé quién de los dos tenía más miedo...fíjate, fué la primera decisión importante que tuvimos que tomar los dos! Y, a pesar de todo el miedo que teníamos, en ningún momento se planteó la opción del aborto,¡ya te queríamos...!

Cuando por fin llegó tu abuelo de Francia...¡empezó la marcha atrás!

Cada noche...
- ¿Qué...se lo has dicho ya?
- No,¿y tu?
-¡Hasta que no lo hagas tu, no lo haré yo y tiene que ser ya, que tu padre no estará aquí mucho tiempo!
-¡Ya, ya...pero no sé como hacerlo...!
-¡Pues yo mañana se lo diré al mío...!
-¡Pues como te ponga una mano encima...no respondo!¿Eh?
-Mira, si quieres...le digo que estoy embarazada y que no se de quién, así no tendrás que decir nada tu.
-¿Estas tonta o qué?¿Quién se va a creer eso?¡Esto solo va a adelantar las cosas unos años y ya está! Nos queremos,¿no?

¡Hija mía, qué difícil fué...!

Aquel día me dije que ya no lo dejaría más...cerré todas las puertas y ventanas de la casa y me senté a esperar que viniera tu abuelo del campo.
-¡Juani, enciende el calentador que me lave, que tengo que llevar el tractor al taller...!
-¡Espera papá, te tengo que decir algo...(glupsss)!
-¿Pasa algo?¿Estas bien?¡Te veo muy blanca...!
Me eché a llorar y...
-Papá, estoy embarazada...(cerré los ojos esperando el primer tortazo).
Silencio...
Le miré y...¡estaba llorando también!
-Bueno, lo que está hecho, hecho está...ya no se puede hacer nada.¿Has ido al médico?¿Lo saben ya en su casa? Hay que arreglar muchas cosas antes de que se vaya tu suegro. Ahhh...¡nada de quedarte en casa,¿eh? ¡Tienes que seguir haciendo lo mismo de siempre!

Te preguntarás el por qué dijo esto último...¡verás!
Por entonces, en el pueblo, una "barriga" era algo tan vergonzoso para la familia, que la embarazada se encerraba en casa hasta días después de la boda.

Tu padre también se decidió a decirlo aquél mismo día.
Cuando llegó de trabajar, tu tío Fernando se estaba afeitando y...
-¿Está papá en casa? Tengo que hablar con él.
-¿Pasa algo?-preguntó al verle con cara de preocupación...
-Tengo a la Juani embarazada.
¡Del respingo que dió, casi se corta el gañote!
-¡Pero hombre...!¿Como le has hecho eso(pregunta recurrente en aquellos días, como si un embarazo fuera cosa de uno solo)?¡No le digas nada, vete con ella que Antonio y yo hablaremos con él!
Tu padre resopló aliviado al saber que sus dos hermanos mayores le ayudarían.

¡Que noche, hija, que nervios...y más...sabiendo que los futuros consuegros no se hablaban desde hacía años!

Bueno, resumiendo, tu padre tuvo que aguantar el cabreo de tus abuelos y la curiosidad de tus tíos.

No sé como ni de que manera, nuestras familias se pusieron en contacto para organizar la boda, solo sé que, dos días después, ví una comitiva de gente que llegaba a casa y que a mi me echaron fuera.

¡Las dos semanas siguientes fueron vertiginosas!
Hubo que buscar documentos de varias generaciones atrás para demostrar que no eramos familiares...ya sabes...àl tener los apellidos iguales...
Esto unió mucho a tus abuelos, entre risas recordaban cuando se les bautizó, las comuniones...la posguerra...

Con todo esto, llegó la primera visita al ginecólogo...ainsss...¡qué vergüenza!

¡Imagínate, mi padre, y las tías allí en la sala de espera...! Tu otro abuelo y tu padre, esperando abajo...
-¿Juani? Entra por favor...desnudate y sientate ahí...
Ufff...
Después de tomarme los datos, entró el doctor colocándose un guante...¡amosss...porque estaba sin bragas que si no...!
- Relajate y abre las piernas, que te voy a reconocer...
Jaaa...
¿Quién era la guapa que se relajaba delante de un desconocido teniendo tó...ejemmm...?
- Si no aflojas los músculos te haré daño...¡venga niña!¿Crees que eres la primera a la que miro?
¡Anda que si...que si pretendía tranquilizarme de esa manera...!
De pronto...plafff...¡joder...me dió un cachete en la nalga...del susto que me llevé...vaya que si me relajé...!
-¿Ves? No era difícil...solo tenías que pensar en otra cosa...a ver...hummm...¿estas segura de que estas de diez semanas...?
-Si doctor, el 28 será la tercera falta.
- Pues...me parece que no, no estas embarazada...
-¿Qué...?
-¡Es bromaaa...jajajaja...me encanta...todas picáis!
Grrr...
-¡Bueno, pasate por el hospital y te haremos la ecografía y los análisis!

La primera vez que te ví, no eras más grande que una habichuela.
El médico me iba mostrando sobre la imagen del monitor donde estaba tu corazón y me hizo oír el sonido del mismo...

Aysss...¡que emoción...no sabía si llorar o reir!

Una semana después, nos casamos.
Fué una ceremonia humilde y sencilla...tus abuelos y tíos abuelos, lloraban y nosotros dos, agarraditos de las manos, nos reíamos de todos y de todo, atrás quedaron esos días de miedo y nervios.

Cinco días más tarde, te llevamos a tu primer concierto: Miguel Rios...¡total ná...!¡Anda que no saltamos al ritmo del "Bienvenidos"!

Las cosas se fueron normalizando y poco a poco, ibas creciendo en mi vientre.
Con muchísima ilusión, fuí preparando tu ajuar. Cada semana compraba algo, un pijama, un trajecito, que si sabanitas, calcetines...

Los meses fueron pasando y el momento de tu llegada estaba cada vez más cerca. Todos los días caminaba cinco kilómetros para estar preparada.
No tenía miedo al parto, lo único que temía era no saber reconocer los síntomas y dolores del mismo.
¡Menos mal que siempre hay almas caritativas que se prestan a aconsejar...!
-¡Tu no te preocupes...cuando llegue el momento por los dolores lo sabrás!
-¡Vaya...cuando sientas dolores abajo como si te partieras...!
-Uy...¡yo cuando mi Manolito, estuve tres días y nada, tuvieron que sacármelo con fórceps, por eso tiene la cabeza apepinada!

Ufff...¡las dejaba solas hablando y me iba...!

El día once amaneció nevado.¡No se recordaba una nevada así desde hacía décadas!
Tu padre me avisó antes de irse a trabajar.
Cuando me levanté, lo primero que hice fué subir a la terraza para cerciorarme de que era verdad.
¡La sierra estaba preciosa, toda blanca! Me parecía estar viendo un paisaje alpino.
Cuando bajaba al patio para coger un puñadito de nieve...zasss...resbalé y terminé bajando las escaleras de culo...boing boing boing...
¡Pero nada...todo seguía en su sitio cuando me levanté del suelo...o eso pensaba yo!
Recuerdo que era viernes...¡si parece que fué ayer...!

Por las noches empezaron las molestias pero yo...¡ni caso!
¡No eran esos dolores tan insoportables como decían, así que...no dije ni mú!

El sábado lo pasé como cualquier otro sabado, bueno...no, lo pasé cosiendo los disfraces de Jacinto y Pili.

El domingo ya...no sé, no tenía dolores ni nada, pero esas continuas molestias me tenían mosqueada, así que...revisé la canastilla, la maletita con mis cosas que ya tenía preparada para cuando llegara el momento y, me fuí a avisar a las "titas".
- No os descuidéis mucho que creo que de hoy no pasa.
-¡Anda que no estas tonta ni ná...pues no estas tu entera...ya sabrás lo que es bueno, ya...!

A eso de las tres de la tarde, el abuelo y papá se fueron al fútbol...¡menos mal que ese día jugaban en casa, que si no...!

Lo arreglé todo, me duché, volví a echarle un vistazo a la canastilla y empecé a controlar el tiempo entre "dolorcillo y dolorcillo".
Cuando solo los separaba cinco minutos, dí la voz de alarma...¡joder niña, no veas la que se formó en un momento...!
¡Aparecieron familiares por todos lados!¡Hasta las vecinas querían acompañarme al hospital!
-¡Pobrecita...sin su madre para que la consuele!
El abuelo, descompuesto, ya se había montado en un coche. Tu padre y tu abuela en otro...¡allí todo el mundo se había colocado y yo, tan tranquila mirándoles desde la puerta!
-¡Id p'alante, que ya llegaré yo luego...!
¡No veas...otra vez el jaleo...puertas que se abrían, otras que se cerraban...jajajajaja...!

A las cinco ingresé. ¡Qué tarde más larga!
Los fatídicos e infernales dolores no llegaban y empecé a pensar que me había precipitado.
Las enfermeras y comadronas me decían:
-Bah...¡primeriza...aún le quedan varios días!

A las 8 de la tarde se fueron las "visitas" y ya me quedé sola en la habitación con las otras dos compañeras. Ellas ya tenían a sus bebés.

Dos horas más tarde...me desperté empapada de sudor con unos dolores...pero...
-¡No, no llamaré a la enfermera, esto lo puedo aguantar!
¡Si, si...empezaron a ser más fuertes y más seguidos y seguía sin querer quejarme...total...ya me habían dicho que me faltaban varios días y no quería que pensaran que era una quejica!

Pasé las siguientes dos horas yendo de la cama al baño y del baño a la cama. Me tapaba la cara con la almohada para que no me oyeran de quejarme y llorar...¡ya querías salir, niña!

A las doce y media, ya no pude más y sujetándome la tripa, me bajé de la cama...y entonces...no sé como, me ví en una camilla...
- Por favor...los familiares de Juana Moreno, pasen a la sala de espera!

Ainsss...¡hijita, que horas más malas me hiciste pasar!
Me acordé de todos los santos, de los familiares de tu puñetero padre(en ese momento, le hice culpable de todo lo que me pasaba)...
- Ayssss ¡Diosito, que salga ya...buaaa...me voy a morir, sé que me voy a morir...mamáaaaa...buaaaaa...!
¡Menos mal que la comadrona sintió lástima por mi y no me dejó sola, mojándome los labios con un algodón húmedo y hablándome(cuando te toqué a tí, allí estaré yo a tu lado)!

-¡Venga...un último esfuerzo...que ya está la cabecita fuera...mira...echate p'alante...es rubio o rubia, blanquito como tu...ánimo...empuja...!
-Grrr...¿que empuje?¡Pero si ya no tengo fuerzas...grrrrr...
-¡Ya sale, ya sale....mira...es una niñita...!¿Ves?¡Tanto llorar...ya la tienes aquí!
-¿Qué hora es?¡Quiero saber la hora!
- Tu niña ha nacido a las tres menos diez de la madrugada del día catorce de febrero...¡bonito regalo de San Valentín!


Katy, sé que te he contado todo esto muchas veces...¡te has reído tanto imaginándotelo!

Fuiste mi muñequita, luego mi amiga y mi cómplice...más tarde...mi motor...el motor que me ayudó a salir de aquel hoyo, me diste las fuerzas necesarias para que yo pudiese recuperar las mías...por eso hoy, quiero ponértelo así, por escrito para que quede constancia y...ejemmm...¡no se me olvide en algún ataque ariano de esos míos!
¡Es broma, mi vida!
Quiero que sepas que, aunque no fuiste una niña buscada, si fuiste deseada, eres fruto del amor que nos tuvimos un día tu padre y yo...¡no lo olvides!¿Eh?

¡Feliz cumpleaños...ojalá todos los que vengan sean tan alegre como el de este año!

¡Te quiero tanto...!


J.M.F

lunes, 27 de octubre de 2008

domingo, 26 de octubre de 2008

sábado, 25 de octubre de 2008

Breve, conciso pero intenso.




Fueron apenas unos minutos, pero apareciste.

No te conozco, apenas te ví...no recuerdo tu rostro ni tu voz...

Sin embargo, me buscaste con la mirada y nos encontramos.

Me ví reflejada en el espejo de tus ojos y me gusté.

Ternura, amor, cariño, atención, interés...

Si, cerraré muy fuerte los ojos...¡a ver si vuelves otra vez!


viernes, 24 de octubre de 2008

Añoranzas y anhelos del domingo noche(de cualquier noche).




Tendida en la cama, sintiendo la lluvia golpear levemente los cristales de la ventana y envuelta en una nube formada por mi último cigarrillo, te pienso.

Si, te pienso, así lo digo, sin importarme el que esté o no, correctamente escrito.

Con los ojos entrecerrados, trato de calcular las equivalencias en tiempo real de las horas, los minutos y los segundos que pasaron desde que te ví por última vez y...¡me es imposible...hace una eternidad...el viernes está ya tan lejos!



Como cada fin de semana, alterné, ví a más gente e incluso me divertí, superficialmente, así fué y así te lo cuento.

Tu recuerdo hizo que rechazara otros brazos, otros labios, otros cuerpos...no me apetecian, no sin sentimientos y esos, tu lo sabes, solo son tuyos...¿nuestros?



Cierro fuertemente los ojos, dormir quiero...para que discurra más rápido el tiempo y poder calentarme pronto con tu mirada, acariciarme con tu sonrisa y curarme esta ansiedad con el leve y disimulado roce de tu piel.



Absorta ante tu presencia, de nuevo quedaran encerradas en mi boca, las preguntas que siempre te deseé hacer:

-¿Me extrañasre?¿Sentiste el mismo vacío que yo al verte?¿Compartimos las mismas añoranzas,los mismos anhelos?

Y, como siempre, quedaran resumidas en una única y tímida cuestión:

-¿Te he dicho hoy cuanto te quiero?


jueves, 23 de octubre de 2008

Para presumir hay que sufrir...





Hasta hace muy poco, no empecé a arreglarme las cejas, me las veía divinas de la muerte:bien dibujadas, pelos controlados, sin entrecejo...de verdad, no veía la necesidad...

Pero un día de estos tontos que tenemos todas(deben ser las hormonas que se pelean por ahí dentro...),me miré y me requetemiré...¿qu é era eso?¡Joder...si hasta noté como pinchaban, hasta ahora, los inocentes pelos!

Me descubrí un puñadito que habían salido así, sin más, a su puta bola, deshaciendo toda la armonica armonía, valgame la redundancia, de mis cejas.

Aparte, gracias a uno de esos espejos tan reveladores...me ví otro puñadito de ellos(pelos), a ambos lados de la boca, casi en las comisuras de los labios...

¡Pero bueno...!¿Es que me iba a convertir, a mi edad...en la prima hermana de Cantinflas?

¡¡¡No, no, no...tenía que hacer algo!!!

Me fuí al super y compré unas buenas pinzas, una caja de papel adhesivo para depilar, y esperé a que llegara mi hija para declararle la guerra a los susodichos(no digo nombres para no darles pistas).

Cuando llegó, le pedí por favor que examinara el terreno para preparar la estrategia a seguir.¿Por donde atacariamos primero?

Decidió que lo mejor sería atacar todos los flancos a la vez, para no dar respiro al enemigo, así, con una sola batalla, ganariamos la guerra.

Con nerviosismo, ví como preparaba las armas.

Corto el papel adhesivo en tiras y me puso una a cada lado de la boca, dibujando una montañita en mi cara. Se aseguró que estuvieran bien pegadas.

Mientras, que todos "esos" invasores, caían en la trampa, se dispusó a operar con las pinzas.

Uno por uno, fue arrancándolos de mis cejas...si, si, hubo momentos crueles, familias pilosas desmembradas, separaciones...pero...¡so n los daños colaterales de toda guerra que se precie!

Yo...yo lloré...y no fué por solidaridad sino que, a cada tirón, una corriente electrica me bajaba hasta la punta de la nariz...¡estaban bien armados los jodidos!

¡Por fin el terreno quedo limpio...perfecto...no se hizo prisioneros...!

Tomamos un pequeño refrigerio y se dispuso a quitar las tiras adhesivas. Me figuro que ellos pensarian que eran armas de destrucción masiva...

¡Fue la peor parte...la guerrilla estaba bien perpetrechada, se negaba a abandonar sus bases...costo muchas risas histericas y lágrimas nerviosas...cuando por fin sacó las dos tiras...oh...sorpresa...el cabecilla aún seguía en pie, allí, enarbolando su negra bandera pero...con la ayuda inestimable de la pinza...cayó...obtuvimos la victoria!

Ahora, de vez en cuando, aun hay insurrecciones, pero ya no se les da cuartel, no dejamos que repongan sus filas...

Bigote y cejas...¡liberté, regularité sin pelés extrañés!


miércoles, 22 de octubre de 2008

Desahogo



Empezaba a salir del pozo en que me vi sumida tras mi primer fracaso.

No buscaba nada, nada pretendia...

Si, siempre senti algo especial por ti pero, las circunstancias de ambos, los prejuicios, evitaban que mi mente cruzara ciertas lineas. Pensaba en tu posicion, en tu estatus social, en tu estado, en todo lo que de ti conocia. No, era un imposible y siempre me decia:

-¡No sueñes, no eres su tipo, no pegas con el, no eres su mujer ideal...!- pero...

Recuerdo la charla de aquella noche...¡como me presionabas, entre risas, para que soltara lo que sentia!

Y si, venci la verguenza y reconoci lo que tu ya sabias...¡no creas que fue facil para mi, el miedo al ridiculo me retenia!

Tus siguientes palabras fueron:

-¡Necesito verte...ahora!

Sali corriendo buscando un taxi que no pasaria...¡mi gozo en un pozo!

Acudi a nuestro siguiente encuentro temblando, sonrojada como una novia virgen.

¡Me bastaba con estar a tu lado, mi mano en tu mano, dandote mi amor, asi, a escondidas...!

En los momentos de pasion, necesitaba gritarte cuanto te queria. En los tiernos...tu mirada me derretia.

¿Recuerdas una de mis frases favoritas?

- "Te necesito porque te quiero, no te quiero porque te necesite".

Pasaron los dias, los meses y cada vez me sentia mas unida a ti. A tu lado me sentia feliz, el tiempo volaba y...¡como me dolian las despedidas!

Ansiaba tus letras, me las bebia, las sentia en parte mias.

Los paseos nocturnos o al medio dia, bajo la lluvia o entre flores de almendro, en la ciudad o al borde del mar, conversando sobre todo o disfrutando en silencio de tu compañia, haciendo recuerdos para las futuras noches frias.

Disfrutaba de complacerte, de cuidarte... Era feliz mimandote, cuidantote... Sufria cuando sufrias, cuando enfermabas, me desesperaba por no poder estar a tu lado velandote. El miedo a no escuchar tu voz, a no recibir tus mensajes, a no saber de ti me consumia.

A la vez, tu apoyo, tu fuerza, tus animos, tus bromas y tus risas, el saberte ahi...me daba el impulso necesario para seguir luchando dia a dia, superando los obstaculos que suele poner la vida, pero...


martes, 21 de octubre de 2008

Violencia de genero...¿solo un genero la sufre? O...¿sin golpes no es violencia?




Juan Pedro nació en el seno de una familia humilde, trabajadora.
Cuando tuvo edad y después de clase, corría a la tienda familiar o a casa para ayudar.
De más mayor, mientras estudiaba la carrera, daba clases particulares para contribuir en los gastos.
Allí, en la universidad la conoció.
Era la típica niña rica.
Provenía de una familia bien situada y respetada en su ciudad de origen.
No fué un flechazo ni amor a primera vista, pero con su timidez y su carita de niña dulce, le enamoró.
Discretamente, como quien no quiere la cosa, se fué instalando en su vida y en su piso, a la vez que paulatinamente, dejaba de estudiar para dedicarse a la casa y a él...
Con mucho esfuerzo y a pesar de la distracción tan grande que vivir con ella suponía, Juan Pedro sacó su carrera y decidieron casarse.
Sus respectivas familias pensaron que era algo precipitado, pero siguieron adelante con los preparativos.
Una semana antes de la boda, ensisimado en sus pensamientos, llegó a la conclusión de que no quería casarse. Como si le hubiese leído la mente, ella dijo...
- Si me dejarás, me suicidaría...
Se casaron pero no fueron felices.
Juan Pedro pronto se dió cuenta de que no solo se había casado con ella si no con toda la familia.
Durante años ejerció de "hombre para todo" de todos ellos, primero callando por ella y luego por sus dos hijos.
No solo empeñó su relación con sus padres, también su carrera profesional, toda su vida...
Hoy, la vida le pasa factura.
De nada le sirve haber trabajado tanto, dentro y fuera de casa.
En cuanto hay algún tipo de problema, los insultos, las humillaciones y los desprecios le llueven. Y le llueven de parte de su compañera, de quien se supone que solo le deberia llegar amor, ternura, agradecimiento por su entrega y esfuerzo, apoyo moral y fisico ante la crisis, cuidados y ánimos para salir adelante...
- Juani, si hubiese dado con otro...
- Si Juan Pedro, lo sé...
Y le veo marchar a casa...con los hombros hundidos como si cargara un enorme peso, el paso lento y la desgana pintada en todo su cuerpo.
Casi peor le ha ido a Andrés, Policia Nacional que está viviendo como un indigente después de haber perdido todo tras el divorcio y una falsa acusación de maltrato.
Sobrevive gracias a la ayuda que le prestan las vecinas de su entorno a quienes les devuelve los favores llevandolas al trabajo.
Sería muy facil para él probar su inocencia pero, no quiere llevar como testigo al único hijo que quedaba conviviendo en casa, un menor que está deseando salir de allí como el resto de sus hermanas.
Daniel, único varón de una familia venezolana bien acomodada, odontologo, bien reputado en la ciudad por su trabajo, se encuentra en una situación critica.
Se casó en regimen de gananciales y, tras el abandono de su mujer y la posterior demanda de divorcio, ha tenido que malvender todo para darle a ella la mitad( que no ha sido la mitad...) y hacer frente a las pensiones de sus tres hijos más la de ella.
Daniel ha tenido que volver a hipotecarse para poder tener un hogar.
Y siempre va con miedo.
Miedo a contrariarla de alguna manera, porque ella se venga no dejandole ver a los niños.
Miedo a pedir el divorcio que quedó parado al arrepentirse ella( no es lo mismo tener varias tarjetas de creditos para los caprichos que tener que costearselos una misma...).
Miedo a pedir la custodia compartida de los crios...
Vive para los fines de semanas, adorandolos...es cuando se siente vivo con sus tres hijos al lado...




lunes, 20 de octubre de 2008

Despertares...




Pensé que tras aceptar la separación, todo me sería más fácil y no fué así.
La soledad pesaba.
Mi música preferida no lograba sacarme del perenne letargo que me embargaba.
Familiares, amigos, conocidos, todos desaparecieron.
No encontré una mano amiga a la que asirme, un hombro en el que llorar o unos brazos amigos donde refugiarme.
¡Necesitaba calor humano, contacto físico ... y no hubo para mi!

Los primeros días, llamaba a diestro y siniestro, sentía la necesidad de hablar constantemente con gente pero hasta el teléfono enmudeció.
¡No había nadie!
Recuerdo haber salido varias veces a ver tiendas. Durante horas paseaba por las calles más concurridas por el único placer de ver caras sonrientes pero, cuando comenzaba a anochecer, la angustia volvía a dominarme, una opresión en el pecho dificultaba mi respiración y de nuevo el ardor de las lágrimas quemaba mis ojos.
Me negué a tomar ansiolíticos y antidepresivos,¡tenía que salir del hoyo sin fármacos, era acción lo que necesitaba!

Una noche cualquiera del mes de noviembre, mientras que leía aburrida el telétexto ... ¿por qué no?¡No tenía nada que perder!
Lo hice, puse un anuncio pidiendo conocer gente.
Dí mis datos, conté mi situación y ...
Comencé a conocer gente nueva y muy variopinta. Mujeres, hombres ...¡cuanta gente sola!Fueron meses de muchas salidas, experiencias y ambientes nuevos.
Adquirí seguridad en mi misma, perdí inútiles prejuicios, aprendí que no existen más limites que los que uno mismo se impone y conocí mi lado morboso y libertino.

Curiosamente, no mantengo ningún contacto con aquellos que conocí por entonces y si con la gente que ellos me presentaron ...supongo que seleccioné, aprendí a decir NO.

Hoy, la soledad no me asusta, es una compañía más en este despertar.¡Por fin sé lo que quiero y, lo más importante, lo que no quiero!


J.M.F (21/03/2004)




domingo, 19 de octubre de 2008

Disección.




Tengo mi corazón ante mí.
He puesto la mesa perdida con tanta sangre y visceras pero...¡que remedio!¡Tengo que encontrarlo!
Veamos, empecemos...escalpelo, bisturí...¡

A ver...!¿Qué es esto?...hummm...SENTIMENTALIDAD, un trozo demasiado grande, luego me pongo a llorar en cualquier momento.
¿Qué más tenemos? COMPRENSIÓN, bueno, no está mal.
PACIENCIA...¡anda, esperaba que este trozo fuera más grande, esto explica muchas cosas!
SENSIBILIDAD, VULNERABILIDAD, CREATIVIDAD...¡no, esto no es!
¡Veamos que hay por aquí debajo...levantemos con cuidado!
PASIÓN,¡buen trozo...me gusta!
AMOR,¡vaya, este trozo es muy grande, pero está raro, como medio vacío, blandito! Supongo que volverá a llenarse con el tiempo, despacito, poquito a poco...
CARIÑO...ufff...¡este trozo está muy muy durito!
GENEROSIDAD...¡sin comentarios!
RENCOR, jo, no es un trozo muy grande, pero esta muy duro y oscuro,¡parece enquistado!
¡Joer, no encuentro lo que busco!Veamos...¡habrá que sacarlo todo...adelante pues!
ODIO, trozo pequeño y blandito,¡menos mal!
ILUSIÓN, SINCERIDAD(demasiada), VITALIDAD...¡¡¡ahí está!!!.
¡Empezaba a pensar que no lo tenía...ven aquí, no te me escapes! Te voy a poner bien delante, que si no, luego no hay manera de echarte mano.
¡Hala, todo para adentro, cada cosa en su sitio...pero tú, tú delante del todo!¡No te pienso perder de vista, ESPERANZA!

(31/5/2003)


Hoy, la parte del AMOR que ocupa mi corazón, está muy roja, plena, suave y rebosante.También hay un gran trozo ocupado por el ORGULLO, orgullo que tiró de mi hacia adelante en momentos bajos, hoy...un ORGULLO grande y hermoso gracias a mi hija.

J.M.F






sábado, 18 de octubre de 2008

Crónica resumida o...



Tenía siete años. Agarrada a la mano de su madre, corría y corría, sin saber por qué ni hacía dónde.

-¿Qué pasa mamá?¿Dónde vamos?¿Por qué lloras?

-¡Corre, tu...corre!

Un año después, en un país extraño, una habitación en penumbras, una cama desconocida, angustiosos y ahogados jadeos...

Se incorporó en el lecho y solo vió una espalda masculina. Saltó de la cama asustada, sin saber muy bien qué hacer...su madre yacía en el suelo intentando soltarse del cuerpo que la aplastaba, de las manos que le atenazaban la garganta.

Mordió, arañó y gritó llorando, desesperada:

-¡Dejala, sueltala!

No paró hasta que vió a su madre levantarse y recuperar el aliento.

La distancia, el tiempo y la despreocupación infantil, consiguierón borrar aquellas imágenes hasta que...hasta que le tocó el turno a ella.

Le encantaba viajar en tren. Era lento y largo pero nunca se aburría. Sus libros y la imaginación la acompañaban siempre.

Era una tarde-noche del mes de agosto. Los viajeros dormían en el compartimento. Él también. Se alegraba. Sabía, por la expresión de sus ojos, que había bebido demasiado en la última parada. Aprovechó la tranquilidad del momento para salir al solitario pasillo, abrir un poco la ventanilla y recibir en el rostro la brisa nocturna. Se dejó llevar por el traqueteo del tren y cerró un momento los ojos. No percibió la próximidad de otro viajero, que tuvo la misma idea que ella, hasta que una voz airada tronó desde el fondo del compartimento, quitandose ya el cinturón:

-¡Puta...igual que tu madre...provocando...!

Intentando protegerse con las manos, recibió con vergüenza los correazos.

Nadie la defendió, nadie hizo nada... Fué la primera de otras palizas.¿Motivos?¡Siempre había...imaginarios!

Pero, cuando hay una primera vez, también hay una última.¡Y llegó esa vez!

-¿Qué hay de cenar?-preguntó Él.

-No he hecho nada, dijiste que no vendrías.

_¿Qué yo dije eso?Saca el pan.

-Solo queda el de ayer,vino la tía Zutana con los niños y les dí de merendar.

-¿Qué?¿Robándome para darselo a esos malnacidos?¡Ven que te voy a enseñar!

La persiguió por la casa, enarbolando el bastón como arma hasta que, con un cuchillo jamonero, se plantó ante Él y le hizo frente.

Debió ver decisión en su mirada. En la suya, brilló el miedo.

¡Nunca más volvió a repetirse, nunca más le levantó la mano!

Dicen que "la cabra tira p'al monte" y así fué.

Encontró una nueva destinataria de "sus dulces carantoñas".

Tenía apenas dos añitos pero sabía que siempre traía chucherias en los bolsillos. Aún no había aprendido a reconocer en Él los síntomas de la embriaguez ni las consecuencias...

Feliz y risueña, corria hacía Él intentando rebuscar en sus bolsillos.

Él dejaba que se acercara y, cuando la pequeña estaba a su alcance, la pellizcaba. Llorando, se alejaba un poco.

Él, divertido, soltaba una carcajada. Volvía a engatusarla enseñandole un cacahuete, un caramelo, una avellana...Así, una y otra vez... Sin embargo, esta pequeña no estaba sola.

Se oyó un estruendo en la cocina. Ella, salió secándose las manos. Suavemente, apartó a la pequeña y...

-¡No vuelvas a tocar a mi hija!¡Ni se te ocurra ponerle las manos encima otra vez!

Ocurrió lo más feo que puede pasar...que una hija le pegue a su padre.

Se rompieron las cadenas...si se quiere, se puede.

J.M.F

viernes, 17 de octubre de 2008

Tal día como hoy...


Hice la comunión con siete añitos(¡yo también fuí peque...!).

No se pudo celebrar al mismo tiempo que las de mis compañeros de clase, ya que mis padres estaban en Francia y, hasta el mes de agosto no podían venir.

Recuerdo mis clases de catequesis...ufff...¡como me aburría!

El curso había terminado y sin embargo, durante un mes y medio, tuve que ir cada día a las dichosas clases mientras que mis amigas se divertian.

¡Me "tragué" los dos catecismos!"

-¿Cuál es la señal del cristiano?

-¡La señal del cristiano es la Santa Cruz!

-¿Cuales son los siete pecados capitales?

-¡Los siete pecados capitales son: avaricia, envidia, gula, lujuria..lujuria...ejemmm...!Los siete pecados capitales son: avaricia,envidia, gula, lujuria...lujuria...¡padre, no me sale...y lo tengo en la punta de la lengua, pero no me sale!

-¡Hija mía, pues si no te sale, no podrás hacer la comunión, así que...estudia, estudia más(tirón de coleta,¡si pillara ahora al "padre"!)

"Aysss...¡cuantas siestas perdidas...!Y...¿qué me decís de los ensayos con las "formas" para comulgar?

¡Joder...que miedo tenía de que se me cayeran de la boca!

Además, como me decían que era el cuerpo de Cristo y que no se podía masticar...¡siempre se me quedaban pegadas al cielo de la boca...grrrrr...que tortura!¿No os pasaba a vosotr@s lo mismo?

Mis padres ese año vinieron antes de vacaciones.Empezaron las pruebas para el vestido. Mi madre eligió tafetán bordado blanco, of course!

Pero no se le ocurrió otra cosa que elegir un modelito de "princesa" con mangas abullonadas y...¡largas...en Extremadura en el mes de agosto...metros y metros y más metros de tela para la falda...llevaba tanto vuelo que...parecía una mesa camilla!

Bueno...ejemmm...tengo que reconocer que yo estaba encantada.

¡Y por fin llegó el tan esperado día!

Desde las primeras horas de la mañana se llenó la casa de gente.La fiesta se celebraría en casa(en aquellos tiempos, lo de los restaurantes y salas de fiestas solo eran para las bodas de "media capa o alto copete").

Mis padres habían contratado a varias mujeres para que cocinaran la típica caldereta extremeña.

Mis tías corrian de un lado a otro preparando largas mesas que, poco a poco, se iban llenando de toda clase de entremeses y golosinas.

Los hombres de la familia, mientras, preparaban las bebidas. Como no teníamos nevera, ponían las botellas en unas especies de redes y las metían en el pozo para mantenerlas frescas. También hicieron un gran barreño de sangria...hummm...¡de la buena, con sus tropezones de fruta!

-¡Niiiñosss...fuera de aquí...que vais a caer algo!

¡Los niños estorbabamos en tós laos...bueno...menos yo...!

-Juani preciosa, entra en la habitación que ya ha llegado la peluquera!

¡Mis primos me miraban con caras de asesinos! ;-)

¡Y con la peluquera llegó otro problema!Por entonces, lo que "se llevaba" eran los tirabuzones con el moño...pero...¿de dónde coñe iban a sacar tanto pelo?

¡Os explico!

Tengo cuatro pelos de rata...si me hacian el moño...no salian tirabuzones, todo lo más...¡un gracioso caracol a lo Estrellita Castro!Y, si me hacían los dichosos tirabuzones...¿dónde me colocaban la corona que confirmaba mi posición de "princesa(aunque fuera por un día)"?

Optaron por el moño y por cortarme un flequillo "moniiissimo", bien recto por encima de las cejas...¡"amos"...que ni usando una regla y nivel, les hubiera quedado tan perfecto!

Ya peinada y coronada, me bañaron y vistieron...que si camiseta de "imperio", que si combinación...ahora el can can...las enaguas...y...ufff...¡por fín, el vestido(amén de calcetines, zapatos de charol blanco y los consabidos guantes)!

Me enrrollarón el flamante rosario de plata en una mano y en la otra, el misal con tapas de nacar.

¡No podían faltar la medallita, el reloj, la pulsera y los anillos!

¡Hala, ya estaba lista!

Miradas de admiración y emoción por doquier...otras de envidia(ya sabeis...los primos) y yo allí, plantada como una estaca sin poder moverme...

-"¡No te muevas, que arrugaras el vestido!

-¡Estate quieta que te despeinarás!

-¡Verás tú como al final va a ir hecha un "ecceomo"!"

Ufff...

Una hora, que se me hizo eterna, después, todos guapos y arreglados, nos fuimos para la iglesia.

¡El Lorenzo picaba con una mala milk...!

Antes de entrar, nos hicimos fotos...

-"Juani, ponte aquí con la tita Petra y los primos.

- Ahora otra con el tito Eusebio.

-¡Mira, llega la abuela con la "seña" Damiana!"

Y el Lorenzo,¡dale que te pega!

Ese día, entrar en la semi-penumbra de la iglesia, fué un alivio.

La ceremonia transcurrió bien, sin ningún accidente.

Mis padres comulgarón. ¡Fué la unica vez que les ví hacerlo(él, obligado a confesarse el día anterior, aunque esa misma mañana, se cagó, con perdón, en la "hijadelasetentamilputas" de una botella que no podía descorchar)!

Después, tocó el paseillo por las casas de amigos y vecinos.

¡Qué calor...y los zapatos "mordiendome" los pies!

Cuando quisimos llegar a casa, el vestido lo llevaba arremangado hasta la cintura...¡me picaba todo el cuerpo!

¡Nunca pensé que lo odiaria tanto...anda, que tardé mucho en quitármelo y quedarme en ropa interior!

Aparte de eso, fué un día maravilloso que se alargó hasta altas horas de la noche.

Creo que fué de las pocas veces que nos reunimos todos los primos.

Fotos de estudio en blanco y negro atestiguan de que aquello fué verdad y no un sueño, o...¿fué una pesadilla?

jueves, 16 de octubre de 2008





(Conversación en el trabajo)
- Juani,¿has visto el entierro del Carrasco? - pregunta Queta.
-¿Qué Carrasco?
-¿No te has enterado?¡Ha muerto Pedro Carrasco!
-¿Cuando? - pregunto sorprendida - ¡No he escuchado nada!
-Se lo encontró su mujer muerto el sabado.
-¡Qué pena, con lo unidos que se les veía! - dije yo - ¡Era joven todavía!
-¡Más joven era mi marido, que solo tenía 46 años cuando se me fué! - contestó Queta -¡Nadie puede saber lo que se siente en un momento así, si no lo ha vivido antes!
Y Queta empezó a recordar...
- Estabamos todos en la mesa cenando, él me miró y me dijo...
- Nena, ¡me estoy mareando!- Y su cabeza cayó en el plato...
Pensé que se había desmayado...y corrí a su vera cuando su cuerpo empezó a vencerse hacía un lado...Mi hija mayor que es enfermera, lo tendió en el suelo y empezó a darle los primeros auxilios mientras que, mi segunda hija llamaba a la ambulancia y la policia...Yo trataba de tranquilizar a la pequeña, que sufría un ataque de nervios, sin darme cuenta de la gravedad de lo que estaba pasando...La policia llegó primero y un agente le puso una pastilla debajo de la lengua, pero seguía sin reaccionar...Me arrodillé a su lado llamandole, sacudiendole el hombro y entonces abrió los ojos desorbitadamente...Me miró incorporandose del suelo, me agarró de los brazos tan fuertemente que creí que me los atravesaba con sus dedos y volvió a caerse hacía atrás...
(Un suspiro mientras las lagrimas empiezan a correr por su cara).
-Entonces llegó la ambulancia...Antes de que me diera cuenta, ibamos camino de Son Dureta, saltandonos semáforos y direciones prohibidas entre el sonido ululante de la sirena...Cuando bajé de la ambulancia, ya no ví a mi marido...Durante 30 interminables minutos, nadie me dió noticias de lo que estaba pasando...Cansada y desesperada ya de esperar, entré a los boxes de urgencias y...fué cuando empecé a comprender lo que pasaba...Ví a mi marido desnudo en una camilla, rodeado de médicos que se afanaban en devolver a su corazón un hálito de vida y, por las expresiones de sus caras, ví que no lo conseguirian...
- Mi marido se moría...Mi compañero durante tantos años me dejaba y no podía hacer nada para recuperarlo...Grité de angustia y los médicos me miraron, uno de ellos me sacó de allí y me puso un sedante...Todo empezó a transcurrir como en una nebulosa, me parecía estar flotando fuera de mi cuerpo...¡Esto no me estaba ocurriendo a mí, imposible!
(Silencio, carraspeo y más lagrimas)
- Mi casa permaneció con las puertas abiertas durante tres días, que fué lo que tardaron en enterrarle...Tres días durante los cuales, no cesaron las visitas y las muestras de dolor y apoyo por los amigos y vecinos...Los dos años siguientes, los pasé encerrada en mi casa, no quería salir, ni ver a nadie...No me importaba nada, ni siquiera me preocupaba por mis hijas...Las dos mayores dejaron de estudiar para atenderme a mí y a mi pequeña, que estuvo en manos de una psicologa durante 5 años, odiando a su padre por habernos dejado...Aún hoy, despues de 10 años, no podemos hablar de él en su presencia...El tercer año, lo pasé enfadada con Dios...¿Por qué me había hecho esto? ¿Por que me quitó a mi amigo, a mi marido, a mi amante, al padre de mis hijas? En mis oraciones, solo había reproches.
(Un silencio...)
- Una tarde, una amiga me llamó y me habló de una mujer de color que, buscaba a una persona a quien dejarle su bebé de 5 meses porque no podía atenderle. Me preguntó que si me interesaba...Le dije que no, que no quería responsabilidades, que no atendía a las que ya tenía, que quería seguir sola y le colgué...Pero durante los dos días siguientes, su proposición no paró de dar vueltas en mi cabeza...¿Y si Dios, con este niño, me quería devolver parte de lo que me quitó? Tras pensarmelo mucho, me decidí y la llamé, aceptando la proposición...Arreglamos una serie de documentos con la madre y a mis 46 años, empecé denuevo con pañales y biberones...A los dos meses de adoptarle, me ofrecieron este trabajo...¡Ya no tuve tiempo para pensar en lo que me había ocurrido!
Pero las noches siguen siendo muy largas, interminables...Muchas veces, abro el armario y veo su ropa colgada, la huelo y le siento a mi lado...Llorando, me sigo abrazando a la manga de su traje recordando tantas cosas
Lagrimas de las dos)
J.M.F

El...



Un año de espera, es mucho tiempo pero, por ella...merecía la pena.
¡Cuantas presiones sufridas!¡Cuantas tentaciones sin sucumbir!
Pero por ella...¡mereció la pena esperar!

La conocí un año atrás,¡era solo una niña en un cuerpo de mujer!
La había estado observando durante días y me había hechizado con su manera natural de moverse, con su risa y, sobretodo, con sus ojos...esos ojos claros de color indefinido, cristalinos, limpios de maldad, que tan bien expresaban las emociones que sentía en cada momento.
Era la novedad en la discoteca, la "forastera" en el pueblo y todos iban tras ella con diferentes intenciones.
Con sus quince años, sabía bien como mantener delicadamente a raya a tantos "moscones" sin herir orgullos ni parecer presuntuosa.
Llegaba a la "disco" con sus amigas, siempre sonriendo y saludando a todos...y, bailaba...Se pasaba horas y horas bailando, como si quisiera recuperar el tiempo perdido, solo se detenía para beber un refresco, directamente de la botella, o para atender a alguien que le hablaba.

Cuando empezaban las canciones "lentas", se sentaba junto a sus amigas, mientras que los chicos, formabamos los típicos "corrillos" para ponernos de acuerdo en quien ibamos a sacar a bailar.
Primero iban los que cortejaban a alguna chica, luego era el turno de los demás.
Pasabamos delante de ellas, en una correcta fila, preguntando:
-¿Bailas?
La primera vez que decidí invitarla a bailar, en silencio recé para que no se me adelantara nadie y, cuando llegué hasta ella con los nervios a flor de piel, le pregunté:
-¿Quieres bailar?
¡Qué largos se me hicieron aquellos segundos de incertidumbre!
Ella, me miró sonriendo y aceptó tendiendome la mano.
¡Me eligió a mí!
No sabía como sujetarla, no quería asustarla,¡era tan joven!
Puse mis manos en su cintura cuidadosamente, con miedo, ella posó las suyas en mis hombros y nos dejamos llevar por la música.
Al principio, ninguno de los dos dijimos nada, solo bailamos en silencio.Era tan pequeña que su cabello me acariciaba la barbilla y su aroma me penetraba acariciador e insinuante.
Algo empezó a removerse en mi interior.
Fué ella la que comenzó a hablar preguntandome el nombre.
Tuve que bajar hacía ella mi cabeza para poder escucharla, y ella, levantó hacía mi su cara rozando con sus labios mi oreja.
Tenía una voz clara pero profunda, con un acento acariciante.
¡Que tortura..., empezaba a hacer estragos en mis sentidos, sentía un palpitar en mi bajo vientre!Tenerla tan cerca, entre mis brazos, solo para mi...despues de tantos días de observarla, de acariciarla con la mirada...

Pasamos todo el mes conociendonos, hablando, bromeando, mirandonos, bailando con nuestros cuerpos cada ves más pegados, con mis manos acercandola más y más a mí cada noche, amoldandola a mi cuerpo, con sus manos entrelazadas detras de mi cuello, con sus turgentes y juveniles senos rozando mi estomago...matandome de deseo...sin saberlo...¡pero qué delicia!...
...Y llegó el momento de su marcha...nos despedimos bailando, con un unico beso en sus labios y miles de lágrimas contenidas en nuestros ojos.

"...el tren que nos separa....te aleja más de mí...y con lagrimas en los ojos te digo...¿VOLVERÁS?...un año me parecerá un siglo...estando tan lejos de tí...solo que me recuerdes te exijo...¿VOLVERÁS?..."

Ahora, me han avisado de su vuelta...¿seguiran igual su sonrisa y su mirada?...¿estará cambiada?...¿será igual lo nuestro?...¿seguiran igual de frescos sus labios?...¿continuará siendo su cuerpo tan suave y dúctil en mis manos?

¡Ahí está, ya llega...sí, es ella...!

J.M.F