lunes, 11 de mayo de 2009

Leyenda de Nicté-Ha, la flor acuática.



Seguramente han tenido la oportunidad de ver esos hermosos estanques de agua llamados cenotes, esos lugares donde el agua brota limpia y cristalina, de ser así tal vez notaron que dentro de ellos crece una hermosa flor blanca de un perfume delicado.

Pues tendré que decirles que esa linda flor, no siempre estuvo allí; ya que hace mucho tiempo según cuenta la historia fue en realidad una hermosa joven, a quien los dioses le concedieron el honor de alegrar nuestros ojos con su blancura y el olfato con su suave aroma.

Cuenta la leyenda que en las tierras del Mayab, vivía en Nan Chan, una ciudad en lo que hoy es Palenque, un guapo príncipe hijo del rey; el nombre de aquel príncipe era Chacdziedzib, que significa Pájaro Carpintero, el estaba destinado para casarse con una princesa, de tierras lejanas a la que un día conocería así tenía que ser ya que un día el sería rey.

Pero el corazón del joven príncipe, ya había elegido a su dueña; resulta que se enamoró perdidamente de una plebeya, de la hermosa Nicté-Ha, que era hija del guardián del Cenote Sagrado.

Los padres de los jóvenes ignoraban el amor que ellos dos se profesaban, igual ignoraban que se reunían en secreto todas las noches, junto al espejo de agua para declararse su amor.

Chacdziedzib portaba siempre una túnica roja, además como era un gran poeta escribía hermosos poemas y canciones para su amada, los cuales le leí cuando estaban juntos, se sentían inmensamente felices.

Pero sucedió que el Gran Sacerdote los descubrió, con gran envidia a la vez que con preocupación veía como florecía ese amor.
¡Jamás una plebeya se convertirá en reina de Nan Chan!- se dijo; y así fue como comenzó a planear un trágico final para esa historia de amor.

Nicté-Ha debía de desaparecer para siempre, pero ¿cómo hacerlo? Se preguntaba el Sacerdote, para que nadie se diera cuenta que él era el autor, el culpable de la desaparición de Nicté-Ha.

Sólo la "nana" del príncipe que lo había cuidado desde niño, lo conocía bien, además lo amaba y estaba dispuesta a hacer todo lo posible para que el joven príncipe fuese feliz; se dio cuenta del malévolo plan y advirtió a su señor, entonces Chacdziedzib, envió a la nana en busca de la joven para que la trajera a palacio, donde el pensaba que podía hacerla su esposa en secreto.

Dándose cuenta el Gran Sacerdote, siguió a la "nana" y la asesinó para impedir que diera aviso a Nicté-Ha.

El príncipe al ver que la vieja no volvía, se puso su capa roja y salió, mientras apresuraba sus pasos, su corazón le gritaba que su amada estaba en peligro.

Mientras tanto Nicté-Ha que no sabía nada acerca del plan, esperaba como todas las noches a su amado sentada junto al cenote, contemplándose en el inquieto espejo, que le devolvía la imagen de su gran hermosura.

Cuando Chacdziedzib llegó y la vio tranquila, respiró aliviado y la estrechó entre sus brazos; sólo que este no fue el final de la historia.

El malvado ya aguardaba en la oscuridad, a la sombra de un espantoso chechem, (lo identificaban como un árbol malo, que envenenaba a los seres humanos).
Preparó su arco y buscó entre sus flechas envenenadas y sin esperar más, dirigió la más ponzoñosa al corazón de la joven doncella, atravesándolo de un solo golpe.

Nicté-Ha con la fuerza del flechazo, resbaló y cayó dentro del Cenote Sagrado, hundiéndose rápidamente, desapareciendo así de la vista de su amado. Al poco rato solo flotaba en el agua su blanco huipil (vestido).

El príncipe sin poder contener su dolor, lloraba amargamente y lanzaba gritos lastimeros.
-¡Oh, Dioses! ¿Por qué permitieron este cruel final para nuestro amor? ¡Tengan piedad de mí! ¡Tengan compasión de este enamorado! No quiero perderla ¡escúchenme! ¡Quiero estar con mi amada, quiero estar con ella para siempre!- rogaba el joven príncipe entre sollozos desgarradores y elevando sus negros ojos al cielo.

Y así fue; el blanco huipil se fue convirtiendo en una hermosa y aromática flor.¿Y el príncipe?
Wayon, el dios de los pájaros, lo convirtió en un pájaro rojo; el pájaro cardenal.

Así es como desde entonces todas las mañanas, se puede ver al pájaro cardenal bajar a los cenotes y posarse cerca de los lirios.
Dicen que bajo ese aspecto el sigue cantando y recitando poemas de amor a la flor, a la bella flor que flota en el agua, a la hermosa Nicté-Ha la flor acuática.

3 comentarios:

L.M.A.G. dijo...

Me dejas sin palabras amiga, qué texto tan bonito... la foto es menos buena que el texto... ¿ de dónde la habrás sacado ? ja ja ja... gracias por implicitamente acordarte de mi
UN ABRAZO INMENSO.

Abriles dijo...

jejejeje...Luisi, solo he correspondido a tu regalo, ¡me encanta esta flor...tan sencilla y tan elegante a la vez!

Besusss...

Tere dijo...

Me encantó, me encantó! precioso escrito, no tiene desperdicio.
La flor me suena...¿dónde la habré visto antes? jajajajjj ;)